...Quedate.

Teresa y yo nos hemos encontrado en una plaza del centro de Barcelona.
Me miro pensando que simplemente era una empleada mas de la tienda.
- Soy la encargada de la tienda señora ¿Puedo ayudarle?
- Claro que si ¿señorita? Necesito unas medias y un liguero.
- No soy vendedora, pero le puedo proporcionar una.
- Gracias, hoy quiero lucir radiante para mi novio ¿sabe? hoy cumplimos dos años juntos.

Me retiro sin decir mas.
Ahora entiendo porque Oscar pasara la noche en mi departamento: No podra verme por espacio de una semana para convencer a su mujer de que en realidad esta feliz por otro año juntos.

Le pido a mi mejor vendedora que auxilie a la "señorita" y la haga sentir comoda. Obedece y ella compra un liguero rosa pastel, unas medias sin color y un perfume.

Teresa es muy delgada, tiene tes de gitana y cabello de ebano. Tiene los ojos tristes pero las caderas despiertas, como si en realidad lo unico que le importara es el de, ya saben, tener hijos, un lugar donde echarse por las noches y ser ama de casa.

Pero la siento triste porque presiento que ella en el fondo sabe que soy yo. No exactamente yo, sabe que hay alguien mas. Muy en el fondo, aunque quiera creer que todo está bien.

A pagado con la tarjeta y no ha pasado.
Lo intenta la cajera, por novena oportunidad. No pasa.
Me acerco para saber el problema.

- El banco Bibao me tiene mala lecho ¿sabe?
- No se preocupe señorita, hablaremos al banco para conocer el problema, seguro se trata de una equivocacion y pues asi son los bancos, ya sabe.
- No puede ser que esto me este pasando a mi.

Teresa se vuelve mas triste cada segundo que pasa. Le marca a Oscar.

- Que te he dicho que la han pasado ya seis veces, es una estupidez, quiero que vengas ahora.
A los quince minutos ya estaba Oscar pagando con su American Express.

¿Ese es el truco?
¿Mandarte?
Bien.

Por la noche, llega con su maleta gris.
Desempaca y se pone la pillama.
Entonces se acuesta a mi lado y tenemos sexo.
Nos dormimos.
Por la mañana yo replico y de manera imperativa me despierto con una orden: Quedate.