La sin alma de lluvia malvada

Hace un chingo de tiempo llovió en los cabos. En México, una playa de ricos y no tan ricos (que pretenden serlo). Es raro que llueva, bueno no tanto pero sí es todo un evento raro.

Llovió y salí a mojarme.
Las gotas derramándose entre mi cuerpo eran tan pocas, que se evaporaban acto seguido, confundiendose con mis lágrimas al extrañar lo que alguna vez fui y que me había robado el paso del tiempo.

Yo no nací con el nivel de arrebato que ahora manejo al andar.
No fui mala, no es que considere que lo sea, pero jamás pienso en lo que hago, jamás reconsidero, pise a quien tenga que pisar. Yo sí la aplico: Primero yo y luego yo. Lo demás me importa un carajo.

Pero ese día desee evaporarme e irme para siempre.

Llovía y seguía lloviendo y la tristeza de lo que me hubiera dicho la niña que alguna vez no me alcanzaba para decirle al mundo que estaba... Derrumbándome.

Y me hurté... Me robé el alma para que alguien pudiera dueñarse de ella y no tener que lidiar con ella, para que asi todo el mundo creyera que nací...Así... Sin ella.

P.D.
Lenna, ahi te encargo.

2 comentarios:

Ricardo Santos dijo...

el problema es que la gente siempre tiende (o tendemos) a ver la maldad de los demàs sin aceptar la propia.

Cuando uno acepta su propia maldad aprende a ser màs feliz y ya casi ni se nota la ajena.

besos, varios.

Marlenne Magallanes dijo...

anotado.

El final, es el principio.
El principio, quedó lejos de donde estoy ahora...