Yo jamás seré

Ya me harté de que se cuenten historias sobre una escena que pasó en mi vida. Aquí y luego acá.
Ésta es mi répilica.

La mirabas fíjamente, como que con ternura.
¿Qué le miras? Le pregunté.
Me contestó que se sentía mal porque su novio no era lo que desaba para ella.
¿Quien era ella? Pues nuestra mejor amiga.

Él y yo fuimos novios porque el destino así lo pedía. Yo no tuve nada que ver. Me gustaba y a veces solian ser tiernos sus ojos al verme, me veía como una pieza de antigüedad que temía quebrar... Y yo que quería que lo hiciera... Él pensaba en lo tierna que otra mujer era.

No es excusa ni razón suficiente pero siempre he sido de las personas que no soportan un error. Yo puedo cometer muchos, los que están cerca de mi no.

La miraba, mi antitésis. Yo traía minifalda, ella unos jeans horrendos. Yo tenía el pelo teñido de rubio glamour, ella su cabello recogido en una coleta incómoda, cero fashion. Ella estaba sentada en una esquina, esperando que alguien la sacara a bailar, yo ya había rechazado a cuatro personas. Yo usaba tacones ella unas botas horrendas. Usaba maquillaje ella sólo vaporub en los labios. Él creía que era tierna y seguro creía que yo era una zorra. Así que me porté como tal.

Me levanté a tomar una cerveza pero al descubrir que era fiesta de ñoños, decidí salir a comprar una. Hasta que alguien me tomó del hombro. Me preguntó a donde iba y le confesé la verdad. Me acompañó.

Me dijo muchas cosas, lo bonita que era, que siempre había soñado con besarme, que mi presencia iluminaba cada parte a la que iba. Me sacó varias sonrisas. Le pregunté quien era y la frase faltal conitunó: El novio de tu amiga.

Sonreí maliciosamente. ¿Qué haces aquí? le pregunté. Esperando acercarme a ti, contestó.

Me dio una explicación del porque se había hecho novio de mi amiga, para estar cerca de mi y comencé a entender muchas cosas, por ejemplo la necedad de salir en parejas y de ir al cine los cuatro.

Me volví el diablo, quizá, pero a quien no le gusta que le alaben de una forma plenamente exquisita. A mi si.

Regresamos a la fiesta y mi amiga bailaba con mi novio. Sonreían. Hablaban en voz alta y reían. Hacían señas con las manos, se la estaban pasando bien y yo lo único que pude decir, en voz alta, fue: Acompáñame arriba.

Y lo hizo, y me abandoné. Sentí que ese momento era mi revancha y que no existía nada más ¿Qué podría hacer? Total, ellos siguen bailando. ¡Que sigan bailando!

La cosa es que me volví lumbre en las manos de un inexperto torpe y desquisiado fan enamorado de mi, por lo menos eso decía de vez en cuando, cuando no le apretaba mis labios contra los suyos.

Y mi novio abrió la puerta para encontrarme sobre mi venganza, que se convirtió en mi verdugo.
Sus ojos impresionados no me impresionaban.
Deseaba decirle: Esta es mi manera de bailar, pero creí que no era prudente.

Atrás de su figura, vi la de mi amiga. Temerosa diría yo, jamás tierna.

Sobra decir que la discusión sólo duro unos segundos, mi acompañante se aborchaba el pantalón y yo me arreglaba el cabello. Mi novio y su amiga salieron de la fiesta y yo me quedé con el aprendiz de amante.

¿Quieres ser mi novia? Me dijo.
Giré y lo miré: No seas ridículo, contesté.

La verdad es que estaba muy enojada, pero por dentro feliz, porque nadie me tendría lástima. Yo jamás sería "tierna".

4 comentarios:

Marlenne Magallanes dijo...

Pues yo jamás seré la "ruda" ah ja ja ja me sonó a la película "Rudo y cursi" de Diego y Gael ah ja ja ja

Ricardo Santos dijo...

y de hecho toda esta historia me la imaginè a 24 cuadros por segundo. en dos partes, las dos versiones.



agrégueme, va?
realmentenoimporta@hotmail.com

Ninja Peruano dijo...

Caray, eso de leer historias de a dos partes es más interesante de lo que pensaba...

Anónimo dijo...

Jamás le tendría lástima a nuestra amiga, ni ese día ni nunca. Lo que hicieste no cabe en ninguna absurda réplica. No tienes que contar nada, además eso ya es pasado.

Por mi, ni te preocupes, pero también debo de aclarar que jamás pensé que fueras una zorra, siempre pensanste que pensaba pero jamás te aseguraste de nada. En cambio tu si demostrarte quedarle bien a ese adjetivo.

Cero resentimientos, ya somos de nueva cuenta conocidos, porque amigos ya jamás.

Por lo demás, debo confesar que me gusta tu blog, manchado de tus verdades.

El final, es el principio.
El principio, quedó lejos de donde estoy ahora...