Diálogo

No me hagas el amor, sólo cógeme.
Le dije.
Fue sólo un enunciado, sólo palabras.
Me quedé ahi de pie, descalza como mis padres jamás me enseñaron y te miré girar el rostro hacia mi.

¿Que? ¿Me tienes miedo? Volví a decir.
Me miraste incrédulo y esta vez giraste sobre tu eje, estabas frente a mi.

¿De que tienes miedo cabrón? ¿De que me enamore de ti? ¿Me crees pendeja?
Sonreíste y tu hoyuelo apareció en tu cachete izquierdo, tu sonrisa chueca que tanto me encanta.

¿Crees que ya no te voy a poder sacar de mi vida? Estás en un error porque debo admitir que llevo días pensando en ti, en la manera de como seducirte ¿Te estoy soltando las verdades a la cara? Siéntate que aún hay más.
Escupia palabras sin pensarlas, todas en español, porque así hablo más rápido. Sé que agradeciste tus clases de la High School de español en ese momento.

Bien, ahora que estas sentado déjame te digo que quizá me gustes, me gusta como te mueves, como me miras, como coqueteas conmigo, las cosas estúpidas que me dices que sé que no son verdad pero me gusta oirtelas decir. Sé muchas cosas, que te gusto, que te atraigo, que me escribes mensajes en el celular porque sabes que habrá respuesta. Sabes que me gustas. Me gustas pero hoy ¿Podrías satisfacer este fuego por dentro? Mañana hablamos de lo que quieras, replanteamos los sentimientos, si tu eres casado si yo soy viuda si tu amas a tu amante si yo quiero a mi pareja... Por hoy tómame y ya después hablamos.
Seguías mirándome.
Tomaste las llaves de tu coche, si dejar de mirarme.

¿Te crees muy lista cierto?
En mal español dijiste.

No me importa lo que quieres o lo que pretendes querer conmigo. Yo a ti te veo como la misma mujer enojada con la vida que conocí hace un tiempo. Me gustas, lo sabes. Me atraes, debería estar loco si no. Pero de ahí a que quiera acostarme contigo abandonando mi vida, lo que soy y todo aquello que me envuelve tan sólo para un éxtasis tuyo... Hay un mundo de diferencia. ¿Puedes entender eso? ¿Cierto?
En perfecto inglés británico, dijiste.

Cerraste la puerta y me quedé de pie, con las bragas mojadas, igual que mi alma.