Día de las mamaces

No me importa ser de vez en cuando cursi, pero extraño a mi madre... Yo solía vivir a 57 pasos de la casa de Lenna, cuando me enojaba con mi madre siembre iba a su casa y ahí nos dedicabamos a deshacer los malos gustos de nuestras madres, pero lo más importante era que siempre me dió libertad de hacer lo que queria.

La primera vez que me fui de la casa, me dijo: Tienes 18 ve y haz lo que creas prudente para tu vida. La segunda vez que me fui de la casa, me dijo: Tienes 20, allá tu. La tercera vez que me fui de la casa, me dijo: Ya con 23 ¡Era hora!

Sí, a los 23 me fui a vivir a Los Cabos, una ciudad hermosa en México. Ahí conocí a Edw. Pasaron dos días y Edw me propuso matrimonio. Mi madre por supuesto puso el grito en el cielo, pero accedió a conocer a Edw. Tres días más y nos fuimos al DF. Ella también se enamoró de Edw y me dijo así en tono bajito en su vieja cocina: Este niño me gusta mucho para ti, vete con él. Y le hice caso.

Es muy extraño pensar ahora en que gracias a que siempre me ha apoyado en mis locuras, es que ahora estoy a punto de ganar una jugoza herencia, me siento feliz de haber conocido al amor de mi vida, porque no se me escapó, me compré un vocho rosita convertible cuando tenía 22 y lo más importante, soy feliz.

Madre: Te hablo al rato, pero sabes que te amo y que soy muy feliz de que la cigüeña me haya dejado ahi ajuera de tu casa.

No hay comentarios:

El final, es el principio.
El principio, quedó lejos de donde estoy ahora...